(1) Nuestra más firme y enérgica condena de la acción terrorista, indiscriminada y despiadada registrada esta tarde en Barcelona y que ha costado la vida a personas inocentes. Ningún fin, ninguna causa, ninguna fe justifican la violencia, sea esta yihadista o de cualquier otra naturaleza. Así lo ha acreditado la Historia en diferentes épocas. Los vascos y las vascas podemos dar fe de ello. Nuestra cercanía y cariño para los familiares, amigos y allegados de las víctimas. Nuestra solidaridad con todo el pueblo de Catalunya.

(2) La Unión Europea, escenario en los últimos tiempos de diversos ataques terroristas, necesita reafirmar y defender los valores que nos han erigido a los europeos en referente mundial de paz, libertad y democracia. Pese al dolor y a la rabia que generan este tipo de barbaries, debemos reafirmarnos, y nos reafirmamos, en nuestras convicciones y manifestamos que frente a estos actos de terror solo cabe una respuesta: más democracia, más paz y más libertad.

(3) El peso de la ley debe caer sobre quienes están dispuestos a asesinar y a matar a sus semejantes. Siendo conscientes de la tremenda dificultad que entraña la detección y la neutralización de los autores de estas acciones suicidas e indiscriminadas, instamos a las autoridades europeas a reforzar las tareas de inteligencia con que investigan a estos grupos y personas violentas.

(4) Una respuesta desde la seguridad es necesaria, pero esta no puede desbordar el más escrupuloso respeto a las leyes y a los derechos de todas las personas. En este sentido, llamamos una vez más a la sociedad vasca a no caer en la tentación de señalar o estigmatizar a colectivos que, lejos de ser culpables de esta barbarie, figuran entre los principales damnificados de esta sinrazón. Trabajar por una sociedad más justa, más integrada, más transparente y sin expresiones de racismo y xenofobia es trabajar por la paz y por la libertad. Ese trabajo es responsabilidad de todas y todos, personas y poderes públicos.

(5) En estos momentos de rabia y perplejidad, conviene recordar que una inmensa mayoría de vascos y vascas, de catalanes y catalanas, de europeos y europeas, estamos dispuestos a oponer al fanatismo y a la violencia la paz, la libertad, la democracia, la palabra, la convivencia. En definitiva, a combatir esta barbarie con firmeza, pero desde la humanidad y el humanismo.